No resulta fácil
Resultan fáciles las despedidas cuando dejamos de querer, cuando dejamos de estrellar los cuerpos y las palabras, cuando buscamos apuradas otras bocas que nos mientan y otras manos que nos acaricien el placer perdido.
Resulta fácil soltar
la mano y desviarte en el camino, perderse de un pasado que ya no nos pertenece
por un futuro incierto y un presente que se escapa pensando en el olvido.
Todo es fácil
para el que dejó de querer pero nadie dijo nada para el que siguió con la mano
tendida, para el que continuó con una fidelidad que nadie pidió, para el que
perdió los zapatos en la carrera por intentar alcanzar a unos que no querían
ser alcanzados.
Nadie en lo
absoluto dijo nada para el que envejeció con el corazón vacío, para el que apostó
a ganarle a la vida, al amor y perdió.
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