Pecado


 

Y en un ataque de franqueza para con ella misma, decidió por fin entender que eso era un capricho, que ya no recibiría mensajes con un corazón más y aquello que parecía __hasta ahora__ una forma particular de amor, no era otra cosa más que olvido.

 

Implorar no pudo, soñar de nuevo no quiso, y seguir amándolo en la penumbra y en la soledad de sus noches, sin saberlo pensándola, ni extrañándola, era una locura.

 

Con el alma partida lo dejó para siempre

porque buscó sin hallar,

escribió sin respuesta,

y pidió perdón sin recordar pecado. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Nada es fácil

Sin Glamour

Promesa rota